La historia comienza hace aproximadamente un año.
Era un día de esos fríos, húmedos, tristes, ventosos.. en los que lo que más quieres es estar en la cama calentito. Yo caminaba en silencio y sin ningún ánimo hacia el instituto. Cuando llegé, entré rápido en el hall, pues empezaba a llover.
El tiempo en la clase fue muy despacio aquel día. Parecía que en vez de tener 50 minutos de clase tuviésemos 2 horas. Era interminable.
Por fin tocó la campana de la salvación y, recogiendo todo lo rápido que pude, salí del instituto igual de rápido que había entrado y me volví para mi casa, en el que pasaría un bonito fin de semana.
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